EL TRATAMIENTO Y LA CURA PARA PACIENTES CON BOCA SECA O XEROSTOMÍA
A la hora de planificar el tratamiento para el paciente con boca seca, se debe establecer un pronóstico, por lo que conociendo una serie de factores clave se decidirá la conducta terapéutica más adecuada.
El plan de tratamiento médico elegido para la cura de la boca seca es individualizado según las características del paciente.
Primero habrá que determinar si el proceso que produce la boca seca es de carácter reversible o irreversible, o dicho de otro modo, la alteración que se produce sobre las vías del reflejo salival es funcional, como la inhibición que se produce sobre las vías nerviosas aferentes a las glándulas salivales cuando se toman fármacos xerostomizantes, o por el contrario, hay una destrucción parenquimatosa glandular de tipo irreversible, como lo que ocurre por el tiempo en pacientes con síndrome de Sjögren o en aquellos tratados con radioterapia debido a cáncer de cabeza y cuello que han recibido grandes dosis totales de radiación afectando a las glándulas. De esta forma se determinará si se puede corregir el factor alterador y si queda parénquima glandular residual que pueda ser estimulado.
En estos pacientes con boca seca es fundamental cambiar, reducir o suprimir los fármacos xerostomizantes que estén tomando, por lo que se realizará una interconsulta con el médico que este controlando al paciente.
Así mismo, algunos pacientes reciben pautas dietéticas que favorecen un cierto grado de deshidratación como sería el caso de las dietas con reducción de la ingesta de sal en los hipertensos, o bien están tomando directamente diuréticos. En estos casos hay que hidratar adecuadamente al paciente. También resulta importante evitar los irritantes y los agentes deshidratantes de la dieta.
Es importante considerar los factores psicopatológicos que cada vez son más frecuentes en la aparición de xerostomía, en especial, la ansiedad crónica y el estrés excesivo, y en el caso de existir habrá que tratarlos adecuadamente.
Se debe de determinar por técnicas imagenológicas si existe en el paciente un parénquima salival funcionante suficiente que pueda ser estimulado de forma farmacológica, mecánica, gustativa y eléctrica. Los agentes parasimpaticomiméticos estimulan directamente el parénquima salival. Cuando no hay parénquima salival funcionante suficiente una solución que está demostrando buenos resultados es la inyección de los tejidos glandulares salivales con células mesenquimales propias del paciente.